La Predicación
El canto del corazón humilde
Pastor invitado: Ronnie Martin
«Si el Señor no hubiera estado a nuestro favor»,
Que lo diga ahora Israel.
2 «Si el Señor no hubiera estado a nuestro favor
Cuando los hombres se levantaron contra nosotros,
3 Vivos nos hubieran tragado entonces
Cuando su ira se encendió contra nosotros.
4 -»Entonces las aguas nos hubieran cubierto,
Un torrente hubiera pasado sobre nuestra alma,
5 Hubieran pasado entonces sobre nuestra alma las aguas impetuosas».
6 ¶Bendito sea el Señor,
Que no nos ha entregado como presa de los dientes de ellos.
7 Nuestra alma ha escapado cual ave del lazo de los cazadores;
El lazo se rompió y nosotros escapamos.
8 Nuestra ayuda está en el nombre del Señor,
Que hizo los cielos y la tierra.
Salmo 124
Idea Principal: Nuestra ayuda está en el Señor, ayer, hoy y siempre.
1. Imagínese si el Señor no hubiera ayudado
- Romanos 8:31-32: ¿qué diremos a esto? Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no negó ni a Su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también junto con Él todas las cosas?
- El salmista recuerda la aflicción pasada de Israel y repite: «Si el Señor no hubiera estado de nuestro lado», destacando tanto el trauma como el alivio.
- Solo Dios conocía a sus enemigos, los enfrentó y rescató a su pueblo de la destrucción.
- Los creyentes también tienen historias en las que la ayuda de Dios los preservó, a veces de maneras inesperadas, cimentados en Cristo (Romanos 8:31-32).
2. Invita al Señor a ser tu ayudador
- A menudo sentimos el dolor de los momentos en que Dios parecía estar en silencio: el miedo, la pena, la pérdida, las heridas o el daño a la reputación siguen siendo heridas reales.
- Como señala Eugene Peterson, ninguna vida es “segura”, pero la esperanza permanece porque nada puede separarnos del amor de Cristo. Una vida insegura se vuelve segura en el cuidado soberano de Dios.
- Jesús se compadece plenamente de nuestras debilidades (Hebreos 4:15-16), invitándonos a acercarnos con valentía al trono de la gracia para recibir misericordia y ayuda.
- Hebreos 4:15-16: Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino Uno que ha sido tentado en todo como nosotros, pero sin pecado. Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna.
3. Aplicación
- Dedica un tiempo a recordar todas las maneras en que Dios te ha ayudado en el pasado y en el presente.
- Pero esperamos que te ayude a ver que este Salmo es el canto del corazón humilde.